Día 14



Distancia recorrida: 1,844 millas náuticas
Distancia por recorrer: 356 millas náuticas

Dos semanas en el mar. Increíble. Hace una semana que vi por última vez un barco y desde entonces todo ha sido mar. Este día he estado tratando de visualizar cómo será la llegada. ¿Cuánto tiempo antes veré por primera vez tierra? Si llego de noche, ¿veré las luces de los edificios primero? Mañana revisaré las cartas de navegación de Kauai para ver si hay boyas y faros que pueda ver por la noche. Recuerdo haber leído que los habitantes de la polinesia eran grandes navegantes y muchas veces sabían que había alguna isla alrededor porque percibían olores y también veían en las nubes el color verde del reflejo de la vegetación de las islas. No se si estos sean mitos o realidad pero forman parte de lo que estoy visualizando.

En la mañana nos tocó el chubasco más violento hasta ahora. Es asombrosa la energía que tienen estas micro tormentas. Cerca de las cuatro de la mañana me despertó el movimiento del Champ que se meneaba fuertemente de un lado a otro, mucho más de lo común. Tal me había dormido unos veinte minutos antes pero el viento había pasado de unos 12 nudos a 25 y seguía aumentando. Rápidamente me puse los pantalones, chamarra y botas de tormenta y subí al timón. No había tiempo de recortar las velas. La tormenta no duró más de veinte minutos pero durante ese tiempo tuve que luchar en el timón para mantener el velero en una orientación estable pero lo lograba con mucha dificultad. Llovía torrencialmente. De pronto, la tormenta terminó tan rápido como había iniciado y el mar se estabilizó. ¡Qué manera de despertar!

Desde hace algunos días me ha tocado ver peces voladores y no dejan de sorprenderme. Supongo que se espantan con el paso del Champ y de pronto saltan del agua y planean sobre el agua como usando el viento que desplazan las olas. Se mueven a gran velocidad, a centímetros sobre el agua y luego de unos diez o veinte metros se vuelven a sumergir tan súbitamente como salieron.

Con las condiciones que tenemos, nos quedan por recorrer unas 60 horas, es decir, dos días y medio. Hemos navegado durante casi 343 horas y la meta se siente cerca. Además de soñar con una cama, ahora también tengo la ilusión de comerme una pizza.