Campamento Base Avanzado

Antes de meterme a mi tienda de campaña para dormir en el Campamento
Intermedio comenzó a llegar una cantidad impresionante de yaks trayendo
equipo. No creo exagerar cuando digo que han de haber sido más de diez cien
yaks. Como consecuencia de esto, era seguro que iba a haber tráfico en el
camino al Campamento Base Avanzado (ABC) y para ganarles a los yaks traté de
tener todas mis cosas listas en cuanto el sol golpeó nuestras tiendas de
campaña. No tuve éxito y durante todo el camino me quedé atrapado en medio
de dos caravanas de yaks. Estos magníficos animales cargan entre 40 y 60 kg
y como tienen el pelo largo aguantan la nieve, el frío y están acostumbrados
a la altura. Cuando caminan en secciones planas son más lentos que una
persona pero de subida vamos iguales y cuesta trabajo pasarlos.
Desafortunadamente casi todo el recorrido esa de subida y es por eso que
tuve que seguir a los yaks.

Cada grupo de yaks lleva un "arriero" tibetano y cuando les gritaban y
chiflaban a los yaks sentía que era a mí a quien animaban. Recorrimos
glaciares, enormes seracs, morrenas y secciones de roca sencillas. Todo el
camino fui siguiendo los yaks delante de mí y para antes de la hora de la
comida ya me encontraba en el campamento.

Llegué con mucho entusiasmo y mucho ánimo después de saludar a los sherpas y
agradecerles su trabajo, lo segundo que hice fue hablar a mi familia en
México para compartir la alegría que sentí al llegar al campamento. Al
llegar, el clima era agradable y el sol aún brillaba pero pronto se nubló
primero la cima del Everest y luego el valle y empezó a nevar fuertemente.
Uno a uno fueron llegando el resto de los miembros de la expedición. Con
gran alivio de poderse refugiar del mal clima.

Aquí en el ABC tenemos una tienda de campaña para cada uno de nosotros y sin
ver mi itinerario, estimo que podremos estar pasando 15 días en este
campamento. Se agradece tener un espacio personal y privado. Estamos
llegando antes que la mayoría de las expediciones y aún no han montado la
mayoría de los otros campamentos. Dentro de una semana este lugar parecerá
una pequeña ciudad de tiendas de campañas incrustadas en un glaciar y en un
glaciar y en la ladera de una montaña. Aquí pasaremos los siguientes días
antes de la ceremonia de puja y subir al collado norte.

Tan solo estar en el ABC es un deleite para mí. Con los años he aprendido
que hay que disfrutar cada día que paso en la montaña y que los momentos de
felicidad no solo se tiene al llegar a la cima sino cada día que vivimos
aquí. Como diría mi padre, la felicidad no es un destino, es un trayecto, y
no hay nada es más cierto que eso.