Octubre 13: Un doloroso e incómodo regreso

El regreso hacia Acapulco continúa a veces a vela y cuando disminuye el viento con motor. Pero las molestias que iniciaron hace 4 días continúan. A veces el dolor se me pasa de la parte de adelante del abdomen hacia la la espalda baja. A veces me duelen ambos lados y en ocasione sólo un lado. Pero la incomodidad está ahí. No aguanto estar sentado mucho tiempo y la posición que más tolero es estar acostado. También tengo problemas para orinar. Hoy tuve otra llamada con el doctor quien evaluó los síntomas nuevamente y me comentó que lo más probable es que sea una infección en las vías urinarias o una piedra en el riñón. De ambas cosas ya había padecido anteriormente pero en esta ocasión los síntomas han sido mucho más fuertes que antes. De las tres dosis que llevo del antibiótico, el doctor me comenta que debería dejar de sentir dolor y los otros síntomas entre la 6ta y 7ma dosis. Eso quiere decir que serán por lo menos dos días más de dolor. Pero lo bueno es que, a pesar de todas estas incomodidades y de ser los síntomas más severos que antes, puedo no tener mayores complicaciones.

Es una pena que en un día tan maravilloso como hoy, soleado, con buen viento y mar en calma, tenga que estar navegando hacia el norte en vez de continuar el avance hasta el sur. Sin embargo, no tengo ninguna duda de la decisión que tomé ayer. Durante mi vida he sido siempre muy conservador al momento de tomar decisiones en momentos críticos como ayer. Nunca he sufrido un accidente grave, ni he tenido congelamientos. Escalando en el Everest en 2011, dejé ir al oportunidad de llegar a la cima por cuarta ocasión (ahora ya he subido cinco veces) ya que las circunstancias se me hicieron poco seguras y decidí descender cuando estaba a 8,500 metros de altura. Tampoco me arrepiento de esa decisión. El no tener patrocinios ni compromisos también hace que las decisiones sean por los motivos adecuados.

Obviamente no me gusta fracasar en lo que emprendo. A nadie le gusta. Incluso la frase que tomé prestada del Ché Guevara y que uso a veces como mantra es: hasta la victoria, ¡siempre! Pero el siempre de la frase del Ché no significa que siempre saldremos victoriosos, sino que la actitud que hay que tener es el de siempre salir a buscar la victoria. Así salí. Pero también he aprendido con los años que hay que escoger las batallas. Por ahora me estoy retirando de ésta para atender mi problema de salud, analizar la situación y tomar una decisión. A pesar de todo, siento que esta es una retirada con dignidad.