Despegue y explosión del cohete Falcon 9 desde la NASA. Cómo el espacio sigue siendo una aventura.

Vine al Centro Espacial Kennedy para ver el lanzamiento del cohete Falcon 9 de SpaceX, la compañía de Elon Musk, y hacer una cobertura del evento en las redes sociales. El día de hoy, aproximadamente dos minutos y medio después del despegue, la nave explotó y se desintegró. Fue un final desafortunado, pero parte de una experiencia de tres días que viví en el Centro Espacial Kennedy de la NASA. Así viví esos días.

La fecha original del lanzamiento del CRS-7 (séptima misión del Sistema Comercial de Reabastecimiento) era el 26 de Junio de 2015. El objetivo de la misión: llevar equipos y provisiones a la Estación Espacial Internacional, así como experimentos que se realizarían en la nave durante su permanencia en el espacio. Como un objetivo secundario, se llevaría a cabo el tercer intento de aterrizar y recuperar la primera etapa del cohete Falcon 9 sobre una barcaza en el Océano Atlántico. Por temas de presupuesto, en vez de ser la NASA quien envía estas provisiones y equipo directamente, se trata de empresas privadas como SpaceX y Boeing quienes se encargan de realizar estos lanzamientos.

El Centro de Prensa
Varias semanas antes recibí un correo en el que estaba aceptada mi participación para cubrir el despegue a través de las redes sociales. Era un evento de tres días en los que participaría en un número de conferencias de prensa y visitas a varios laboratorios y centros de procesamiento del Centro Espacial Kennedy, dándome el mismo nivel de acceso que la prensa tradicional. Hubo un proceso de verificación y autorización para que yo participara como extranjero. Por razones que aún no conozco, el lanzamiento fue pospuesto al domingo 28 de Junio, y entonces el evento se cambió para el viernes, sábado y domingo. Aunque he tenido oportunidad de visitar este centro de la NASA en otras ocasiones, estaba verdaderamente emocionado de poder tener un acceso privilegiado y de poderlo compartir.

El interior del Centro de Prensa
Muy temprano el viernes 26 de Junio me presenté en la oficina donde ese emiten las identificaciones y los pases de acceso a la NASA. Actualmente el gobierno de Estados Unidos tiene un nivel de seguridad más elevado de lo normal en sus instalaciones y en todo momento, como extranjero llevaba una escolta acompañándome. Ya con mi identificación, me dirigí al centro de acreditación de prensa donde me entregaron mi credencial, información sobre la misión CRS-7 y un programa detallado para los siguientes días. Una camioneta nos llevó a los extranjeros a través de los retenes de seguridad y hasta el histórico Centro de Prensa. Durante los días que estuve en el Centro Espacial Kennedy, en todo momento sentí el legado de los programas espaciales anteriores como Mercury, Gemini, Apollo, Skylab y el Transbordador Espacial. El Centro de Prensa es para mi un sitio histórico desde donde se ha reportado el inicio de algunas de las más extraordinarias aventuras humanas. 

Sujetando sin protección, material que en el centro está a 1,300ºC
La primera visita que realizamos como parte de los medios de comunicación fue al laboratorio donde se fabrican los materiales aislantes que protegen a las naves de las temperaturas a las que se enfrentan en el espacio. El avance en el desarrollo de estos materiales en los últimos 30 años ha sido exponencial pero hay cosas que realmente no cambian y siguen un proceso casi artesanal. El personal que ahí labora también tiene décadas realizando y perfeccionando esta labor. La primera conferencia de prensa en la que participé fue sobre algunos de los experimentos y equipo que se estaría enviando a la Estación Espacial. Me pareció muy interesante que se prueben sistemas de nanotecnología para la administración de medicamentos y me llamó la atención que se enviarían los lentes holográficos de Microsoft llamados HoloLense para que los astronautas puedan recibir instrucciones y trabajar junto con los técnicos en la tierra con hologramas proyectados en los lentes. Una tecnología fascinante.
Conferencia de prensa

Exterior, VAB
La segunda visita fue al Vehicle Assembly Building o Edificio de Ensamblado de Vehículos. Este colosal edificio ha sido testigo del ensamblado de todos los cohetes que llegaron a la luna y en este momento está siendo renovado para poder ensamblar en él los cohetes SLS que llevarán al hombre a Marte. Es el edifico más grande en el que he estado parado. 

Interior, VAB
Por la tarde de ese primer día participé en otra conferencia de prensa sobre el estatus del cohete Falcon 9 y el clima esperado para el día del lanzamiento. Todo se veía bastante positivo.

Centro de Procesamiento de la Estación Espacial Internacional
El sábado 27 el itinerario era más relajado. Realizamos una visita al Centro de Procesamiento de la Estación Espacial Internacional donde pudimos ver las partes que se estarán enviando a la estación espacial, incluyendo una réplica del adaptador que estaba a bordo del cohete Falcon 9 de la misión CRS-7. Todos los componentes que se encuentran a bordo de la estación espacial han pasado por este enorme edificio. Más tarde nos tocó una conferencia de prensa en la que dos niños de secundaria platicaron sobre el experimento que diseñaron para volar al espacio dentro del cohete. Se trata de una pequeña caja con gusanos que van en estado criogénico, son “descongelados” en el espacio y de esa manera se observa si se puede lograr el compostaje de materiales en gravedad zero. Finalmente hubo una conferencia de prensa en la que se habló del estatus del vuelo en cohetes tripulados de Estados Unidos y terminaron de esa forma las actividades programadas para los medios ese día.

Cohete CRS-7
Esa misma noche del sábado, me fui a descansar algunas horas ya que a las 12:15am del Domingo 28 de Junio, y a tan solo 10 horas del lanzamiento, regresé al Centro Espacial Kennedy para un recorrido cerca de la plataforma de lanzamiento 41 donde se encontraba el Falcon 9. A la mitad de la noche, el cohete completamente iluminado contrastaba con la oscuridad que nos envolvía. Estaba rodeado por cuatro torres que funcionan como pararrayos por las constantes tormentas eléctricas que hay en el estado de Florida. 

El lugar asignado para la prensa durante el despegue
Fue hasta las nueve de la mañana del domingo, una hora y veintiún minutos antes del lanzamiento, cuando abordamos los autobuses que nos llevarían al lugar que se había designado para que la prensa viera el despegue a menos de 6km de la plataforma. Escuchábamos a través de altavoces los comentarios del Centro de Control de Lanzamiento y de esa manera seguíamos la cuenta regresiva. Instalé dos cámaras con sus tripiés, una para video y otra para fotografía, configuré mis controles remotos y me preparé para el despegue.

Segundos antes de iniciar el lanzamiento
Algo que se dice de cuando se es testigo del despegue de un cohete es que primero se ve, luego se escucha y finalmente se siente. Cuando la cuenta regresiva llegó a cero, se comenzó a ver una nube de humo alrededor del cohete y segundos después se distinguía cómo comenzaba a elevarse. Las flamas generadas por los motores brillaban intensamente incluso a la mitad del día. El cohete Falcon 9 siguió acelerando y ganando altura. Ya que se encontraba cerca de la primera capa de nubes empecé a escuchar el sonido de los motores. Es muy particular este sonido pero podría describirlo como una mezcla de una motocicleta verdaderamente ruidosa, con los motores de un gran avión de pasajeros a máxima potencia. Tiempo después, sentí sobre mi cuerpo la vibración generada por las ondas acústicas. El cohete cruzó la zona de máxima presión dinámica y, cuando ya pensaba que lo iba a perder de vista, se formó una gran nube. Algo había salido mal. Escuchamos que a través del audio del control de lanzamiento anunciaban que había habido un VLF o Vehicle Launch Failure. Una falla en el lanzamiento del vehículo. El cohete había explotado. 

La explosión del cohete Falcon 9
Nunca se escuchó el ruido de la explosión. El cohete ya estaba demasiado lejos al momento de la falla. Rápidamente nos dieron instrucciones de regresar de inmediato a los autobuses para protegernos de la posible caída de restos del cohete o de productos químicos dañinos. Dentro del autobús nadie hablaba. Nos regresaron al Centro de Prensa y se convocó a una conferencia a la una de la tarde. En ella se comentó lo siguiente:

-El cohete había explotado 139 segundos después del despegue

-Se seguían analizando los datos pero se había detectado una presión inusual en un tanque de oxígeno al momento de separar la primera y segunda etapa del cohete.

-Este es el tercer cohete que explota de manera consecutiva (los otros dos habían sido de otras compañías y países, no de SpaceX y NASA) que llevaba provisiones para la Estación Espacial Internacional, pero los astronautas que ahí se encuentran por el momento no están en riesgo por falta de agua, oxígeno o alimento.

-El 3 de Julio se realizará otro lanzamiento.

-Consideran que no hay un impacto negativo para el proyecto de llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional en cohetes tripulados de Estados Unidos para Diciembre del 2017.

Pero el comentario que escuché de esta conferencia de prensa y que considero el más valioso es que lanzar cohetes al espacio, ya sea tripulados o sin tripulación, no es algo fácil ni rutinario. Aunque el hombre lleva casi 55 años yendo al espacio, el salir de nuestro planeta sigue siendo una aventura y el resultado de la aventura es incierto. Lo comparo con las experiencias que tengo en las montañas en las que a pesar de tratar de minimizar al máximo el riesgo sobre el que tengo cierta influencia, existe un número de factores que hacen que el desenlace sea incierto. 

Eventos como la explosión de este cohete Falcon 9 no deben detener ni retrasar el esfuerzo del hombre por explorar nuestro universo. Deben de servir de lección para aprender de ellos, mejorar y volver a intentar hasta tener éxito. Espero en un futuro no muy lejano poder ser testigo de un lanzamiento exitoso que sea la prueba de este principio de perseverancia.