27 de Mayo - Campamento Base

¿Cómo empezar a platicar de un día tan intenso?

La subida al campamento 3 fue difícil física y psicológicamente porque ya era la tercera vez que escalaba esta pared. Del C3 al C4 iba muy animado, pensando en que posiblemente al día siguente podría estar en la cumbre del Everest. Junto con Mingma Sherpa, llegué al collado sur (C4) a las 10 am. Dos horas después nos alcanzó Dawa Steven Sherpa. Nuestro plan era descansar lo que quedaba del día y comenzar a caminar hacia la cumbre en la noche. El viento era muy intenso y habían ocasiones en que parecía que se iba a desgarrar la tienda de campaña. Durante las horas del día estuvimos derritiendo nieve, respirando el oxígeno y simplemente acostados esperando el momento de partir y esperando que resistiera la tienda de campaña.

El pronóstico del clima para ese día era de vientos muy elevados y esto es peligroso porque con el viento disminuye la temperatura y provoca congelamiento. Durante todo el ascenso, el viento nos iba a golpear y no nos dejaría ni un momento.

Teníamos planeado comenzar a prepararnos a las 8pm y empezar a caminar una hora después. Al ver las condiciones del tiempo y el viento tan intenso decidí esperar por lo menos una hora más antes de iniciar. Finalmente a las 10pm comenzamos el ascenso.

Las horas de la noche que estuvimos caminando fueron extremadamente frías, pero mientras siguieramos moviéndonos generábamos calor y soportábamos el viento. Cerca de las 4am, todavía en la oscuridad, llegamos a la sección que se conoce como el balcón donde dejé mi primera botella de oxígeno. A partir de ahí, se empezó a despejar el cielo aunque el viento nunca disminuyó. Todo el tiempo tenía que mover las manos para mantener la circulación.

Dos horas más de escalada entre roca y nieve nos llevaron hasta la cumbre sur donde comenzamos a ver las primeras señales del amanecer. Desde este lugar se ve la travesía hacia el Escalón Hillary y la arista a la cumbre. La travesía generalmente está cubierta de nieve y es una arista que de un lado tiene una caída de 2.5km y para el otro lado son cerca de 3km. Este año no tenía nieve. Era sólamente roca y para cruzar esta sección sin caerme tuve que dedicar toda mi concentración aunque a esa altura cuesta mucho trabajo hacerlo. También por tener poca nieve, el Escalón de Hillary fue fácil aunque las cuerdas viejas se me atoraban en las botas. Finalmente, de lejos alcancé a ver la cumbre y los últimos pasos los dí casi llorando. Fui la primera persona en el día en llegar a la cumbre, eran las 6:45am. Por el viento intenso, estuvimos tan sólo 30 minutos pero alcancé a tomar varias fotos. En general, tiempo que paso en la cumbre de una montaña se me pasa rapidísimo y me la paso pensando en la bajada que aún me falta.

El descenso fue muy difícil y peligroso. Requirió de toda mi concentración y deseo de supervivencia el no comenter ningún error. En la bajada, dando la vuelta a una piedra me encontré un cadaver y al ver que era viejo mejor seguí caminando. Después me enteré que el cuerpo era de Rob Miller que murió en 2005.

Ese mismo día bajamos hasta el campamento dos, totalmente exhausto y llegué a dormir a mi tienda de campaña. Al igual que pasó en el Lhotse, ese fue el verdadero momento de satisfacción y tranquilidad.

Ahora me encuentro en el campamento base, me duele todo pero nada me quita la sonrisa por haber logrado mi doble reto. Tardaré tres días a partir de mañana en bajar hasta Lukla desde donde volaré a Katmandu.

¡Lo logramos!