Reflexión #1 Por qué comparto mis experiencias en redes sociales y el blog

Desde hace casi 9 años he ido compartiendo públicamente las expediciones de escalada, viajes de navegación, vuelos y demás aventuras que he tenido la fortuna de vivir. La intención de abrir una ventana a mi vida nunca ha sido con el objeto de vanagloriarme o de cualquier manera alardear de lo que he logrado. Al ser todas ella experiencias y metas personales, la satisfacción también es personal y ajena a cualquier reconocimiento de terceros. También, quienes me conocen estarán de acuerdo cuando digo que soy una persona muy reservada y lo opuesto a una personalidad histriónica. Entonces, ¿por qué publicar en redes sociales y en un blog estas experiencias personales? La respuesta es simple pero hace falta hacer un poco de historia.

Aterrizaje en El Peñon, Temascaltepec, México

Llevo 23 años escalando montañas y 13 de ellos han sido expediciones al extranjero. Muchas han sido a lugares verdaderamente remotos. Lugares de los que se leen en los viejos libros de aventuras y exploradores, lugares que generan curiosidad e interés. Por eso no es extraño que al regresar de una expedición a África o a Papua Nueva Guinea los amigos y familia con los que me encontraban quisieran que les platicara sobre mis experiencias. Lo hacía con mucho gusto. En 2008, aprovechando la tecnología disponible, tuve la idea de escribir un blog durante la expedición al Everest y Lhotse. De esa manera, en vez de que al regresar a casa tuviera que repetir la misma historia decenas de veces, mi familia y amigos podían ir viviendo esta expedición conmigo día a día. Las conversaciones que tenía con ellos a mi regreso eran pláticas como las que tendría con un compañero de la expedición. Como si hubieran estado ahí. 

El compartir las aventuras a través del blog y redes sociales tuvo una consecuencia positiva. Al ser una página pública, mucha gente a la que no conocía podía leer sobre mis experiencias y esto las motivaba a tratar de vivir las suyas. Pienso que muchas veces lo que más cuesta para iniciar un proyecto personal que todavía es un sueño o un deseo, es dar el primer paso para iniciar a planearlo y a ejecutarlo. Y fueron muchas las personas que se pusieron en contacto conmigo para comentarme que gracias a lo que habían leído de mis proyectos se habían animado por fin a dar el primer paso para hacer el viaje o vivir la experiencia que siempre habían deseado. Se convirtió en un círculo virtuoso. Entre más compartía, más comentarios recibía de gente viviendo grandes experiencias personales. 

Aprecio mucho el poder vivir en una época en la que la tecnología nos permite estar conectados, y en contacto tanto con gente cercana como con desconocidos. Pero sobre todo aprecio la oportunidad de poder abrir esta ventana a mis experiencias. Y, si sientes que en algo puedo mejorar, los comentarios constructivos siempre son bienvenidos. 

La cima del Everest, con sus banderas con oraciones Budistas