24 de Septiembre: La recta final

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Nos encontramos a unas 15 millas al SO de Barra de Navidad en las costas de Jalisco. A lo lejos se alcanzan a ver algunas montañas pero en general la costa está cubierta por nubes. Pero se siente bien estar cerca de tierra. En las últimas 24 horas tuvimos vientos bastante variables y hubieron cerca de 3 horas en la madrugada en las que no era ni siquiera suficiente para que avanzara el Champ. Durante 24 horas usamos el spinnaker (la vela hecha de un material muy ligero que se usa cuando hay poco viento) pero en la noche se pronosticaban chubascos aislados y teníamos que estar muy atentos a estos porque nos podrían causar bastante daño en caso de encontrarnos con esta vela fuera.

En los momentos en el que no hay viento suficiente para sostener las velas, el movimiento de las olas hace que la botavara se mueva de un lado a otro y comiencen a golpear los cabos y la jarcia, los grilletes, etc. La cabina del velero se vuelve una caja de resonancia que amplifica los sonidos y es imposible descansar. También, nos pasaron cerca, demasiado cerca, diría yo, dos enormes cargueros en ocasiones diferentes. En resumen, anoche no se pudo descansar.

Las condiciones mejoraron mucho a media mañana y llevamos viento de popa constante y suficiente para desplazarnos a 6 nudos hacia nuestro destino. Llevamos más de tres semanas desde que iniciamos esta aventura, hemos recorrido 2,503 millas náuticas y nos quedan 334 millas náuticas por recorrer. Con la distancia que hemos recorrido ya hubiéramos llegado a Hawái. Pero a pesar de que se ve cerca nuestro destino, hay que tener paciencia y disfrutar cada una de las 52 horas de esta recta final que la computadora estima que nos faltan para llegar a Acapulco.